Muchas veces tendemos a sufrir en exceso por situaciones que no están en absoluto bajo nuestro control y en ocasiones, lo pasamos peor por nuestra propia resistencia a aceptar lo sucedido, que por el hecho negativo en sí.
Es cierto que las emociones son sumamente necesarias y que no es aconsejable reprimirlas.
Las emociones, cuando son adaptativas y coherentes con la situación que estamos viviendo, son muy necesarias y nos ayudan a sobrevivir. El problema viene cuando la emoción ya ha dejado de realizar su función y se vuelve contra nosotros, como si nos pusiéramos la zancadilla y dejáramos que las emociones pasen a ser nuestros propios enemigos.
Como sabemos, el hecho de sentirnos bien o sentirnos mal viene determinado por nuestra manera de enfocar los hechos. Como decía Buda: el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Tú puedes decidir cuánto y cómo quieres sufrir y para ello, una de las máximas que has de interiorizar es que el mundo es incierto y que tenemos control en muy pocas cosas, pero esto es parte del juego.
Fuente:https://lamenteesmaravillosa.com/aceptar-no-conformarse/